Bienvenido al blog, aquí encontrarás terapias y alternativas a la medicación para niños hiperactivos. Porque no todos los niños hiperactivos son TDAH.

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Por mucho que mediquemos si el diagnóstico es erróneo, es decir no hay un problema neuronal sino un problema de visión, de oído, de estrés, de alimentación no adecuada o de lateralidad cruzada, lo único que haremos es empeorar a nuestros hijos. Porque el problema de fondo continuará.

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viernes, 26 de febrero de 2016

Antroposofía y la fiebre. Dra. MICHAELA GLOECKLER


LA FIEBRE, SUS SÍNTOMAS Y SU TRATAMIENTO


El tratamiento de la fiebre cobra un rol central en la pediatría, ya que en la edad infantil prácticamente no hay enfermedad que aparezca sin ella. Hoy en día en la medicina clásica ya hay un cambio rotundo en su tratamiento, a raíz de que, en los últimos anos se ha investigado tanto sobre su fisiología. Incluso apareció un articulo en una revista de medicina general, en el cual se afirmaba que hoy solamente el medico inexperto prescribe supositorios contra la fiebre. Lamentablemente en la práctica las cosas son muy distintas todavía, porque los pediatras siguen prescribiendo antitérmicos en forma inmediata, simplemente para tranquilizar a los padres y por el hecho de que existe el mito de que la fiebre es algo malo.

Detrás de todo esto hay una concepción atomística del hombre, la cual lleva a pensar que, al igual que en la naturaleza inorgánica, las particularidades del alma y del espíritu deben de estar de alguna forma constituidas sobre partículas elementales especialmente pequeñas, según un modelo atómico. Pero quizás las leyes que valen en la naturaleza inorgánica no sean tan fácilmente extensibles a los niveles espirituales, donde tal vez valgan otras totalmente diferentes. Sin ir mas lejos, mientras que para describir un organismo vivo usamos en general modelos cíclicos, en los fenómenos inorgánicos podemos establecer, por ejemplo, una relación causa efecto. Si empujo una bola inmediatamente se produce una relación directa  entre el impulso que es la causa y el efecto que se produce mas tarde. En cambio, si pensamos en como crece una planta y forma una semilla, surgen inmediatamente las preguntas: estaba antes la planta para formar la semilla, o la semilla para poder crecer la planta? Cual es la causa y cual es el efecto? Nos topamos aca con el fenómeno de la simultaneidad. Este también podemos observarlo en una célula del hígado, donde cientos de procesos de síntesis profundamente distintos se desarrollan al mismo tiempo, prácticamente en el mismo lugar físico, y cuyos productos van a parar a lugares muy distantes en el organismo. Hemos llegado a aislar tan finamente que también tenemos una concepción atomística de la enfermedad, que nos hace a veces tomar un síntoma aislado, por la enfermedad. Esto es lo que ocurre generalmente con la fiebre, ya que es difícil no ver en ella un síntoma de enfermedad aislado, peligroso que debe eliminarse. En realidad debería verse como la expresión de un esfuerzo conjunto, de todo el organismo para un fin bien determinado.

Básicamente sabemos que el cuerpo usa una cantidad de procesos metabólicos y hormonales, solo para mantener su temperatura constante en 37 grados y que cada órgano tiene dentro de ese margen, poco mas poco menos, su temperatura especifica que también es mantenida constante. A esa temperatura, también esta condicionado nuestro normal funcionamiento. Mas abajo de los 36 grados, nos estamos congelando, todo va mas lento, no tenemos vida mental activa. Del mismo modo, subiendo a 38,5, 39, 39,5 grados, empezamos a entrar  en otros estados de conciencia; y si la temperatura sube aun mas entramos ya en un delirio febril durante el cual no podemos pensar claramente.

Uno se puede preguntar, que significa que el cuerpo aumente la temperatura por si solo. La fiebre no es otra que un nuevo limite fijado por el organismo para su temperatura óptima, por ejemplo 40 grados.

Recordemos que en pediatría la temperatura corpórea se mide en forma anal, solo en caso de apendicitis medimos axilar y análmente para obtener la diferencia. Según libros pediátricos alemanes se dice: 35,5 37,5 grados es normal, hasta 38,5 grados es temperatura elevada, todavía no es fiebre, 38,5 a 39,5 es fiebre, y 39,5 a 41 grados es fiebre alta.

Es así, que el organismo busca, para cada enfermedad, un limite de temperatura bien claro en el cual se mantiene por un tiempo. Durante este lapso todos los procesos metabólicos dentro de él se realizan acelerados y atípicamente y también pueden aparecer otros nuevos procesos. Entre estos últimos están los inmunoestimulantes, ya que el fin de todas estas infecciones febriles es la producción de nuevos anticuerpos. La fiebre es desencadenado por pirógenos exógenos: toxinas bacterianas y toxinas virósicas. Estas pueden actuar directamente sobre el hipotálamo, pero a su vez desencadenan una serie de formaciones pirógenas endógenas, por ejemplo, las prostaglandinas, que también influyen, dentro del hipotálamo, al centro del calor. Estos pirógenos endógenos provocan una serie de procesos metabólicos. Por ejemplo es estimulado el páncreas que produce gran cantidad de insulina y glucógeno; los procesos en el hígado se modifican: se produce mas glicoproteínas y la síntesis de albúmina es reducida. También sabemos que los niños se vuelven anémicos durante la fiebre y hoy se ha comprobado que el hierro entra en el RES  del hígado y de los otros órganos reticuloendoteliales, pero en especial del hígado, y desaparece de la sangre, por lo que un análisis en ese momento refleja hemoglobina baja. Al mismo tiempo se observa mas cobre y zinc en la sangre que son liberados del hígado. Esto es interesante ya que cobre y zinc tienen efectos tóxicos sobre microorganismos, mientras que el hierro los alimenta; o sea, que los primeros contrarrestan el crecimiento y disuelven los virus y las bacterias, etc. Seguramente haya muchas mas razones por las cuales se produzca durante la fiebre  este cambio de minerales, pero uno de los motivos fundamentales es el ataque directo  a los microorganismos. La fiebre origina además la descomposición de los lisosomas, burbujitas ínfimas en la célula, en las que hay enzimas que actúan hidrostáticamente, que son liberadas. Por otro lado, los pirógenos endógenos hacen liberar una cantidad de los llamados mediadores: por ejemplo las linfoquinas que estimulan muy especialmente la procreación  y el aumento de los linfocitos, que se agrupan en dos clases T y B. Los T atacan directamente a las células, actúan citotóxicamente, y los B forman los anticuerpos, atacan indirectamente las células. Otros mediadores determinan la movilidad de los leucocitos; por ejemplo los granulocitos pueden moverse mas rápidamente al lugar de la formación de pus, están estimulados, mas movibles.
Todo este complejo que se llama inmuno estimulación es llevado a un movimiento total. En este punto debo aclarar una diferencia importante. Algunos médicos piensan que bañando a un niño con agua muy caliente, o sea calentándolo  externamente a 39,5 grados, resulta algo parecido a la fiebre. Hoy se sabe que no: si bien se tiene el efecto positivo del calor sobre la circulación y los diversos procesos metabólicos, el sistema inmunológico es reducido. Este sobrecalentamiento solo tiene efectos depresivos.
Para tener completos los factores desencadenantes, quiero mencionar dos cosas mas que estimulan la fiebre. No son siempre los pirógenos exógenos. También puede ser un cumpleaños infantil, o un viaje, o una emoción, la separación de los padres. Los chicos de pronto tienen fiebre sin motivo aparente, porque el cerebro infantil, por su falta de madurez, reacciona mucho mas sensiblemente a esas impresiones anímicas. Además sabemos que los esteroides también actúan pirógenamente, porque durante la ovulación la temperatura de la mujer se eleva en medio grado. Entonces resumiendo, la fiebre produce un efecto dañino sobre los microorganismos a través de la actuación directa venenosa de los metales pesados, de las enzimas y como tercero, la acción destructiva por la estimulación inmunológica y la fagosíntesis. El proceso es apoyado por el organismo, ya que el metabolismo propio es reducido: los chicos tienen poco apetito y solo beben algo dulce.Cuando yo estudiaba, aprendimos que la palabra resfrío es un término de la medicina popular mágica, y que medicamento no tiene ninguna relevancia; pero en los años 80, este término fue rehabilitado, luego de observar en experimentos con animales que tanto los virus del resfrío, como los de la influenza (gripe), tienen una temperatura óptima para reproducirse a los 33 grados, o sea que cuanto mas frío está un organismo, tanto mayor es la chance que estos se reproduzcan. Así hoy, mediante experimentos con animales y hombres se encontraron  las temperaturas óptimas para cada una de las distintas especies virósicas, y también la fiebre óptima donde termina su posibilidad de reproducción. 

Entonces ya no solo es importante que alguna elevación de temperatura inicie todo el proceso que mencionamos antes, sino que es fundamental el valor absoluto de la fiebre, que para una determinada especie de microorganismo sea mortal. Por eso no se está pensando fisiológicamente si se intenta bajar la fiebre mayor de 39 grados “porque es mala”. Aquí comienza el trabajo del médico. Se debe conocer al niño, saber lo que puede soportar su organismo y observar, cuanta de la fiebre que debería producir para esa acción específica se le puede dejar. Hay chicos robustos, cachetones de 2 años que enseguida tienen 41 grados, pero se les puede hablar perfectamente y están aquellos frágiles, que cuando les sube la fiebre empalidecen, se debilitan y de los cuales se tiene una impresión que una temperatura de 40 grados los consume. Por eso es importante una medicina individual, que realmente trate de orientarse en las condiciones de vida de cada organismo y posibilite que realmente se observe al niño. Hay cosas que no se pueden resolver por teléfono, porque en determinadas circunstancias, para el niño es mucho mejor estar durante 24 horas con 40,5 grados que, ya por teléfono,  recetar un antitérmico por las dudas. Juntando todos estos conceptos, podemos decir, que la fiebre es el mejor y el mas natural de los antibióticos.
Quiero referirme ahora al mecanismo externo por la cual la fiebre se manifiesta. Es un efecto vasoconstrictor: se tiene frío por medio del cual se cierra la periferia y la temperatura puede seguir subiendo adentro. Cuando el cuerpo alcanzó la fiebre que quería, exactamente en ese momento, abre la periferia: los niños empiezan a transpirar y tienen cachetes colorados, la temperatura se mantiene y no sigue subiendo. Este proceso nos brinda el indicio para apoyar con la terapia al organismo en su tarea natural. El núcleo del cuerpo, allí donde están los órganos del metabolismo, es el que produce el calentamiento. También el temblar de frío de los músculos y el metabolismo producido por la fiebre generan calor, aunque al principio parezcan fríos. Si se toca al niño mientras la fiebre está subiendo, puede estar por ejemplo en 40,5 grados, la cabeza hierve pero las manos  y los pies todavía están fríos. Si en ese momento se le hacen vendajes húmedos en las pantorrillas, o se lo tapa solo con una sábana liviana, entonces se logra exactamente lo contrario a lo que se pretendía. El trabajo mas importante que quizá tengamos nosotros como médicos es explicarle a la madre la fisionomía externa de la fiebre. Es correcto que, cuando un niño tiene fiebre alta y está hirviendo, solamente se lo debe tapar con una sabanita, pero recién en el momento cuando el cuerpo está listo para entregar calor, no antes. Este es el momento donde las manos y las pantorrillas están calientes. Por eso es importante que se les diga a los padres: toquen a sus niños, mientras tengan manos y pies frías, tápenlos bien y den les de tomar algo caliente para intentar ayudar al cuerpo en su labor de aumentar la temperatura. 

Por supuesto que sería una catástrofe si después de taparlo bien, como nos dijo el médico, nos vamos de compras y nos despreocupamos por dos horas, porque ya en diez minutos la situación puede haber cambiado totalmente. El proceso febril es un proceso que se desarrolla en el tiempo, donde cada estado tiene su tiempo bien individual. Un buen promedio es medir cada media hora, tocándole siempre las manos y los pies. Por ejemplo se midió 40,1 grados a las 18 horas, pero el chico todavía estaba frío, se le da un poco de té caliente, una bolsa de agua caliente en los pies y se lo tapa bien. Puede ser que ya a las 18 30 horas la temperatura suba a 40,5 grados y ahora sí, las manos y los pies están calientes, y tiene gotas de transpiración en la frente; la centralización se terminó.. y ahora sí, viene la frazadita liviana, la bebida tibia y los vendajes de pantorrilla si se tiene la impresión que la fiebre es demasiada alta para el niño. Con estas medidas físicas para el niño, se puede estar seguro que no se lleva la temperatura esencialmente debajo de la óptima. Si uno tiene la impresión de que el niño con 40,5 grados está bien, no apático y es un niño fuerte, entonces también se puede esperar, solo taparlo liviano, darle de tomar y a la media hora volver a medir y quizá se de cuenta que la temperatura se quedó en 40,3.
Todos conocemos la fiebre de 3 días, generalmente en niños pequeños. Durante tres días, tienen un continuo de fiebre de hasta 41 grados, oscilando entre los 39 y 41 grados, en general siempre muy alto. Si en este caso tratamos de combatir con todos los medios la fiebre sabiendo que el organismo trata de mantenerla elevada durante tres días, significa un trabajo mucho mayor que soportar la fiebre. Generalmente no será la primera vez que el niño levante temperatura, por lo que se debería estar ya en condiciones de saber cual es la fiebre óptima para su organismo. Por ejemplo podemos empezar con las medidas arriba de los 39,5 grados pues se sabe que ese valor e un óptimo de temperatura media para la virostasis.
Hay una serie de medicamentos con los cuales se puede apoyar  este desarrollo fisiológico de la fiebre. Por ejemplo si los niños tienen la tendencia a tener fiebre muy alta, exagerada, y enseguida se le ponen colorados los mofletes, entonces receto cada dos horas cinco gotas de Apis/Belladonna. Cuando haya pasado ese estado muy agudo, se puede reducir la dosis a tres veces al día, y después solo una vez al día. Hay que recomendarles a los padres, que no despierten a los niños a las dos horas, solo para darles las gotas. Si los niños tienden a un aumento muy abrupto de la fiebre, están extremadamente pálidos, y son mas bien del tipo nervioso y débiles, entonces es mejor darles Aconitum, mientras sube la fiebre. En caso de gripe, también se puede emplear Bryonia-Eupatorium comp., o simplemente Aconitum D3. El Bryonia-Eupatorium comp. es recomendable cuando ya hay una epidemia de gripe declarada, con hinchazón de las articulaciones, y Aconitum D3 solo en fiebres mas simples, donde se descarta una infección mas grave.
Antes de seguir con la medicación hablemos, en este punto, un poco de las convulsiones. Hay niños con tendencia a tener convulsiones livianas. Llamo livianas a aquellas detrás de las cuales no se esconde una epilepsia; eso es completamente diferente. La convulsión normal se presenta, la mayoría de las veces, porque el niño está frío y el ascenso de la fiebre se produce muy bruscamente. Debo decir que las convulsiones aparecen siempre en la fase crecimiento de la fiebre y de ahí que es importante, que a esos niños con tendencia a tenerlas, se los vista con suficiente ropa para que en caso de resfrío la fiebre no suba tan deprisa. Hay que recomendarles a los padres, una y otra vez, que a los chicos en edad de crecimiento, por lo menos hasta los 9 años, debe mantenérselos siempre a temperatura constante, y no intentar que se fortalezcan. Recién entre los 9 y 12 años la circulación de la sangre se regula sola, para poder afirmar que existe una regulación circulatoria estable; y solo debería entrenarse a un sistema circulatorio estable con endurecimiento y no a uno débil que todavía está desarrollándose. Lo mejor es que el núcleo del cuerpo esté caliente; la calefacción no es nada sana, en especial para los órganos respiratorios, ya que seca el aire. Se le puede decir a una abuela que teja una camisetita de algodón y luego la ropa normal. El test para saber cuan abrigado debe estar es que los pies y las manos deben estar siempre calientes, tibios no alcanza: calientes. Hay padres que dicen que sus niños, al igual que ellos, siempre tienen los pies fríos, que eso es natural en su familia. A ellos hay que tratar de explicarles que eso no les hace bien ni a sus chicos ni a ellos mismos, que si se vistieran mas abrigados seguramente no sería así. Hay que recalcar que esto, para un niño con regulación calórica en desarrollo es directamente nocivo..
Volviendo a los medicamentos, en niños muy peligrados de sufrir convulsiones, también puede emplearse, a intervalos, un “amargo”; por ejemplo Genciana o Cichorium. Hemos recibido varias veces en la clínica niños, en los que se había descartado epilepsia, que venían con la primera o segunda convulsión, en los que habiéndoseles aconsejado tomar esos amargos, las convulsiones no volvieron a producirse nunca mas (el amargo ayuda al cuerpo etéreo a aceptar mejor al cuerpo astral, que es el que se acalambra y si puede entrar mejor dentro del cuerpo etéreo, no se contractura mas). Hay dos medicamentos que se pueden dar mejor en forma de inyecciones, si se tiene la impresión de que la fiebre consume, le pesa demasiado al organismo. 
Por un lado Carbo D30, porque estimula todo el proceso de la formación de sustancias en el cuerpo físico, y la potencia tan alta porque se ve que el paciente con tanta fiebre se consume demasiado. Al Carbo D30 se le puede agregar Argentum D30, porque este estimula toda la formación del cuerpo a partir del Yo. O sea el Carbo para lo físico y el Argentum mas para la organización del Yo.




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